martes, 30 de junio de 2015

SANTOS PROTOMARTIRES DE LA IGLESIA DE ROMA (64 D.C.)



INVOCA AL ESPIRITU SANTO
Ven, Espíritu Santo, envíanos un rayo de tu luz para que escrutemos la Palabra de Dios, como  Jesús lo hizo con  los dos discípulos de Emaús. Abre nuestro entendimiento a las Escrituras para que, así como ellos la descubrieron en la pasión y muerte de Jesús de Nazaret en Jerusalén, nosotros también descubramos la presencia de la Pascua de Jesús en los sufrimientos de nuestra vida. Que iluminados por ti, entendamos que la cruz no es el final de toda esperanza, sino camino que desemboca en la fuente de la vida y de la resurrección. Amén.
 LEE EL TEXTO EVANGELICO: Mt 8,23-27 (VERSION BIA)
 Luego Jesús subió a la barca y sus discípulos lo siguieron. De repente se desató una tormenta tan grande en el mar que las olas cubrían la barca; mientras tanto Jesús dormía. Los discípulos se acercaron a él, lo despertaron y le dijeron: “¡Señor, sálvanos! ¡Nos ahogamos!”. Él les preguntó: “¿Por qué son tan cobardes, hombres de poca fe?”. Y levantándose, reprendió a los vientos y al mar, y sobrevino una gran calma. La gente, asombrada, se preguntaba: “¿Quién es este que hasta los vientos y el mar le obedecen?”.
 PALABRA DEL SEÑOR
 REFLEXIONA PARA ENTENDER LA PALABRA
 Cuando Jesús terminó el Sermón de la Montaña (Mt 5-7), la gente que lo oyó quedó asombrada por su enseñanza, ya que lo hacía con autoridad (cf Mt 7, 28). Uno de los signos de esta autoridad, como Jesús mismo lo comentará más adelante (Cf Mt 23, 1-3), era que Jesús no solamente enseñaba con sus palabras sino también con sus acciones. Pedro uno de los testigos privilegiados de las actuaciones prepascuales de Jesús, resumirá su ministerio público con estas palabras: “pasó haciendo el bien” (Hech 10,38).
En los capítulos 8 y 9, Mateo nos presenta  a Jesús llevando a cumplimiento el Reino de Dios mediante tres series de tres milagros cada una, que ponen en evidencia su autoridad sobre la enfermedad, la naturaleza, los demonios y la muerte misma. De manera eficaz y directa, el Señor pone de manifiesto su poder liberador y su indiscutible majestad. Los beneficiados son personas marginadas, leproso, mujer, pagano.
El texto de hoy conjuga dos elementos. Jesús monta en barca; sus discípulos lo siguen. Se desata una fuerte tempestad en el lago. Jesús, cansado, duerme plácidamente.  Los discípulos, aunque la gran mayoría de ellos son pescadores natos, se asustan tanto que despiertan a Jesús pidiendo su intervención. El los reprende por su cobardía y su poca fe. Luego se pone de pie, increpa los vientos y el lago y todo vuelve a la calma.
Lo importante es que en la barca de tu vida, vaya también montado Jesús. Aunque se desaten tempestades, nada te pasará, aunque parezca que Jesús está dormido. En la travesía de esta vida, llena de oleajes fuertes, tormentas y zozobras, asegúrate de que el Señor está contigo.
 ORA
No temas gritarle al Señor cada vez que sea necesario: “¡Señor, sálvame! ¡Me ahogo!”. Reconoce ante él tu cobardía y tu poca fe cuando se desatan los demonios interiores que intentan hace zozobrar tu pobre barquichuela y búscalo hasta encontrarlo y no te separes más de él. Ten confianza. Móntate siempre en su barca. Habrá tempestades de seguro pero El estará allí y solo esperará que tu lo llames para levantarse y devolver la calma a tus mares agitados.
 COMPROMÉTETE
 Súbete en la barca de Jesús que es su Iglesia. Busca tu Iglesia. La barca de Pedro y sus sucesores es la barca de Jesús. Móntate con confianza. Lleva 20 siglos afrontando toda clase de tormentas.
 30-06-15/URSS

No hay comentarios:

Publicar un comentario