sábado, 21 de noviembre de 2015

Fabrice Hadjadj: «Demasiada buena conciencia y ceguera están preparando el suicidio de Europa»

El filósofo Fabrice Hadjadj cree que la maternidad es la primera línea de defensa contra la deshumanización tecnocrática… gracias a las madres los niños se gestan, no se producen.

¿Qué movió a tres jóvenes «perfectamente integrados» a cometer los ataques islamistas de hace un mes en Francia? Es una de las preguntas a las que intentó responder el filósofo y novelista Fabrice Hadjadj hace unos días en la Fundación De Gasperi, de Roma.

En su conferencia, titulada Los yihadistas, el 11 de enero y la Europa del vacío, explicó que los movimientos islamistas, «en realidad, son movimientos posteriores a las Luces.Saben que las utopías humanistas, que habían sustituido a la fe religiosa, se han derrumbado». Por ello ofrecen otra respuesta a los jóvenes, una razón para dar la vida que Europa no da.
«Demasiada buena conciencia y la ceguera ideológica están preparando para muy pronto, si no la guerra civil, por lo menos el suicidio de Europa». Ofrecemos la versión de la conferencia publicada en Le Figaro:
Los yihadistas, el 11 de enero y la Europa del vacío
«Queridos yihadistas es el título de una carta abierta publicada por Philippe Muray -uno de nuestros grandes polemistas franceses- poco después de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Esta carta termina con una serie de advertencias a los terroristas islámicos, pero en realidad a quien apunta, de rebote y con ironía, es a los Occidentales fanáticos del confort y el supermercado. Les cito un pasaje cuyo feliz y mordaz sarcasmo van a captar inmediatamente. «[Queridos yihadistas], ¡temed la ira del consumidor, del turista, del veraneante que baja de su autocaravana! ¿Nos imagináis repantingados en las diversiones que nos han ablandado? Pues lucharemos como leones para proteger nuestro ablandamiento. […] Lucharemos por todo, por las palabras que ya no tienen sentido y por la vida que las acompaña».Y hoy podemos añadir: ¡lucharemos por Charlie Hébdo, periódico ayer moribundo, y que no tenía ningún espíritu crítico -pues criticar es discernir, y “Charlie” metía en el mismo saco a los yihadistas, los rabinos, los policías, los católicos, los franceses medios…- pero del que haremos el emblema de la nada y la confusión que nos animan!
»He aquí, más o menos, el estado del Estado francés. En lugar de dejarse interpelar por los acontecimientos, insiste, y aprovecha para aliviar su conciencia, ganar puntos en las encuestas, alinearse con las víctimas inocentes, la libertad abofeteada, la moralidad ultrajada, con tal de no reconocer el vacío humano de una política que se viene aplicando desde hace décadas ni el error de un cierto modelo eurocéntrico según el cual el mundo evolucionaría fatalmente hacia la secularización mientras asistimos en todas partes, por lo menos desde 1979, al retorno de lo religioso en la esfera pública. Pero hete aquí que demasiada buena conciencia y la ceguera ideológica están preparando para muy pronto, si no la guerra civil, por lo menos el suicidio de Europa.
Terroristas franceses
Lo primero que hay que constatar es que los terroristas de los recientes atentados de París son franceses, han crecido en Francia y no son ni accidentes ni monstruos, sino producto de la integración a la francesa, auténticos retoños de la República actual, con toda la revuelta que tal descendencia puede inducir. En 2009, Amedy Coulibaly, autor de los atentados de Montrouge y del supermercado kosher de Saint-Mandé, fue recibido por Nicolas Sarkozy en el Palacio del Elíseo junto a otros nueve jóvenes elegidos por sus empleadores para dar testimonio de las virtudes de la formación por alternancia: trabajaba entonces bajo contrato de profesionalización en la fábrica que Coca Cola tiene en Gagny, su ciudad natal.
»Los hermanos Kouachi [autores de la matanza de Charlie Hebdo, N. d. T.], huérfanos procedentes de la inmigración, fueron acogidos en un centro educativo sito en Corrèze [provincia del centro de Francia y feudo electoral de los presidentes Jacques Chirac y François Hollande, N. d. T], y perteneciente a la Fundación Claude-Pompidou.
«Estaban perfectamente integrados»
Al día siguiente de la matanza en la sede de Charlie Hébdo, el director del centro educativo sentía estupor: «A todos nos choca este asunto porque conocíamos a estos jóvenes. Nos cuesta imaginar que estos chavales que estaban perfectamente integrados (jugaban el fútbol en los equipos locales) hayan sido capaces de matar de forma deliberada. Nos cuesta creerlo. Mientras estuvieron con nosotros, su comportamiento no fue nada problemático. Said Kouachí […] estaba preparado para entrar en la vida socioprofesional». Unas declaraciones que recuerdan a las del alcalde de Lunel -pequeña ciudad del sur de Francia- que se extrañaba porque diez jóvenes de su municipio se unieran a la Yihad en Siria, justo cuando acababa de renovar una magnífica pista de skate board en mitad de su barrio. ¡Qué ingratitud!
Colmando sus aspiraciones…
»¿Cómo es que estos jóvenes no han tenido la impresión de haber podido colmar sus aspiraciones más profundas trabajando en Coca Cola, practicando el skate boardo jugando en el equipo local de fútbol? ¿Cómo es que su deseo de heroicidad, de contemplación y de libertad no ha sido colmado por esa oferta tan generosa que consiste en poder elegir entre dos platos congelados, mirar una serie americana o de abstenerse en las elecciones? ¿Cómo es que sus esperanzas de pensamiento y de amor no han podido cumplirse al ver todos los progresos que están en marcha, como el matrimonio gay o la legalización de la eutanasia?
»Y es que, precisamente, el debate que interesaba al Gobierno francés justo antes de los atentados: la República estaba completamente centrada en esa gran conquista humana, sin duda la última, y que es el derecho de ser asistido en el propio suicidio o rematado por verdugos cuya delicadeza está garantizada por un diploma en Medicina…¿Hay razones en Europa para dar la vida?
»Entiéndanme: los Kouachis y Coulibalys estaban «perfectamente integrados», perointegrados en la nada, integrados en la negación de cualquier impulso espiritual, y es por eso por lo que acabaron sometiéndose a un islamismo que no era solo una reacción a este vacío sino también una continuidad con ese vacío, a través de su logística de desarraigo planetario, de pérdida de la transmisión familiar y de mejora técnica de los cuerpos para convertirlos en super instrumentos conectados a un dispositivo sin alma…Un joven no busca sólo razones para vivir; también y sobre todo -porque no podemos vivir eternamente- busca razones para dar su vida. Ahora bien, ¿todavía hay razones en Europa para dar su vida? ¿La libertad de expresión? De acuerdo. ¿Pero qué cosa importante tenemos que expresar? ¿Qué Buena Nueva tenemos aún que anunciar al mundo?
»Este asunto de saber si Europa es todavía capaz de ser portadora de una trascendencia que dé un sentido a nuestros actos; este asunto, digo, ya que es el más espiritual de todos, es asimismo el más carnal. No solo se trata de dar su vida, sino también de dar la vida. De forma curiosa, o providencial, durante su audiencia del 7 de enero, el mismo día de los atentados, el Papa Francisco citaba una homilía de Óscar Romero que demostraba el vínculo existente entre el martirio y la maternidad, entre el hecho de estar dispuesto a dar su vida y el hecho de estar dispuesto a dar la vida.
Debilidad espiritual
»Es una evidencia ineludible: nuestra debilidad espiritual repercute sobre la demografía; nos guste o no, la fecundidad biológica siempre es un signo de esperanza vivida (aunque esa esperanza sea desordenada, como en el natalismo nacionalista o imperialista). Si adoptamos un punto de vista completamente darwiniano, tenemos que admitir que el darwinismo no es una ventaja selectiva. Creer que el hombre es el resultado mortal de un apaño azaroso de la evolución no ayuda, no nos anima en absoluto a tener hijos. Mejor tener un gato o un caniche. O tal vez uno o dos sapiens sapiens, por inercia, por convencionalismo, pero, a fin de cuentas, menos como niños que como juguetes sobre los cuales ejercer vuestro despotismo y distraeros de vuestra angustia (antes de agravarla de forma radical).
«La procreación es el yihad de las mujeres»
»Así pues, el éxito teórico del darwinismo solo puede desembocar en el éxito práctico de los fundamentalistas que niegan esta teoría, pero que tienen muchos hijos. Annie Laurent, una amiga islamóloga, me dijo unas palabras muy clarividentes: «La procreación es el yihad de las mujeres». 
La dominación de las mujeres con burqa
»Antaño, lo que impulsó al general de Gaulle a otorgar la independencia a Argelia fue, precisamente, la cuestión demográfica. Conservar la Argelia francesa de forma justa equivalía a conceder la ciudadanía a todos, pero al estar la democracia francesa sometida a la ley de la mayoría, y por lo tanto a la demografía, acabaría sometiéndose a la ley coránica. El 5 de marzo de 1959, De Gaulle confiaba a Alain Peyrefitte [ministro, confidente y memorialista del general N. d. T.]: «¿Cree usted que el cuerpo francés puede absorber a diez millones de musulmanes, que mañana serán veinte millones y pasado mañana cuarenta? Si hacemos la integración, si todos los árabes y bereberes de Argelia fuesen considerados como franceses ¿cómo se les impediría instalarse en la metrópoli donde el nivel de vida es mucho más elevado? Mi pueblo ya no se llamaría Colombey-les-Deux-Églises [Iglesias] sino Colombey-les-Deux-Mosquées [Mezquitas]».
»Es cierto que se ha producido una liberación de la mujer de la que podemos estar orgullosos. Sin embargo, cuando esta liberación desemboca en un militantismo contraceptivo y abortivo -ya que la paternidad se concibe de ahora en adelante como cargas insoportables para individuos que han olvidado que son antes de todo hijos e hijas- sólo puede ceder el paso, tras unas generaciones, a la dominación masiva de las mujeres con burqa, puesto que las mujeres en minifalda se reproducen mucho menos.
Un movimiento posterior a la Ilustración
»Por mucho que protestemos «Oh, el burqa. ¡Qué costumbres más bárbaras!», ésta y otras costumbres bárbaras hacen funcionar a nuestra civilización del futuro; bueno, de un futuro sin posteridad…En el fondo, los yihadistas cometen un grave error estratégico: al provocar reacciones indignadas, lo único que logran es ralentizar la islamización suave de Europa, la que presenta Michel Houellebecq en su última novela -que también salió a la venta el 7 de enero-, y que se pone en marcha gracias a nuestra doble astenia religiosa y sexual. A menos que nuestra insistencia en «no generar confusiones», en decir que el islam no tiene nada que ver con el islamismo (cuando tanto el presidente egipcio Al-Sissi como los Hermanos Musulmanes nos dicen lo contrario) y en sentirnos culpables de nuestro pasado colonial nos entreguen con más obsequiosidad, si cabe, al proceso en curso.
»Sea como fuere, hay una vanidad que debemos perder: la que consiste en creer que los movimientos islamistas son movimientos previos a las Luces y bárbaros -como lo apuntaba más arriba-, que se templarán tan pronto como conozcan el esplendor del consumismo. En realidad, son movimientos posteriores a las Luces. Saben que las utopías humanistas, que habían sustituido a la fe religiosa, se han derrumbado.¿Para qué Europa estamos dispuestos a dar la vida?
»De ahí que nos hagamos la pregunta de si el islam no es el término dialéctico en una Europa tecno-liberal que rechaza sus raíces grecolatinas y sus alas judía y cristiana:esta Europa no puede vivir demasiado tiempo sin Dios ni madres, pero, como niña mimada que es, tampoco será capaz de volver a su Madre Iglesia, y al final consiente a entregarse a un monoteísmo fácil en el que la relación con la riqueza está desdramatizada, la moral sexual es más relajada y la posmodernidad hi-tech edifica ciudades tan radiantes como las de Catar. Dios + el capitalismo, las huris de harén + los ratones de ordenador ¿Por qué no sería el último compromiso, el verdadero final de la Historia? Una cosa me parece cierta: lo bueno que hay en el siglo de las Luces ya no puede subsistir sin la Luz de los siglos. Pero, ¿seremos capaces de reconocer que esta Luz es la Verbo que se hizo carne, del Dios hecho hombre, es decir, de una divinidad que no aplasta lo humano sino que lo asume en su libertad y en su debilidad?
»Os hago una última pregunta: sois romanos, pero ¿tenéis motivos sólidos para evitar que la Basílica de San Pedro no acabe como la Catedral de Santa-Sofía? Sois italianos pero ¿seréis capaces de luchar por la Divina Comedia? ¿O bien os avergonzáis porque Dante tuvo la osadía, en el Cántico XVIII de su Infierno, de hablar de Mahoma en el noveno Fraudulento del octavo círculo?
»Para terminar: somos europeos. Pero ¿estamos orgullosos de nuestra bandera con doce estrellas? ¿Nos acordamos del sentido mismo de esas doce estrellas que nos reenvían al Apocalipsis de San Juan y a la fe de Schuman y de De Gasperi? El tiempo del confort se ha terminado. Ahora tenemos que contestar, o estaremos muertos: ¿para qué Europa estamos dispuestos a dar la vida?».

viernes, 20 de noviembre de 2015

PRESENTACIÓN DE LA DIMENSIÓN “COMUNIÓN” - LA IGLESIA CASA Y ESCUELA DE COMUNIÓN

PRESENTACIÓN DE LA DIMENSIÓN “COMUNIÓN
LA IGLESIA CASA Y ESCUELA DE COMUNIÓN
INTRODUCCIÓN
Se me ha pedido una presentación motivacional de la dimensión comunión, uno de los cuatro ejes de trabajo de esta asamblea. Ante todo hagamos memoria. Recordemos  que esta Aula Magna de la UCAB es de algún modo un cenáculo de la Iglesia en Venezuela, ya que en estos espacios se llevaron a cabo algunas sesiones del Concilio Plenario de Venezuela (2000-2006), evento eclesial que podemos considerar como el Pentecostés venezolano de inicios del siglo XXI. El Concilio es un don de Dios que nos permitió hacer una lectura  teológica-pastoral del Concilio Vaticano II (1962-1965) y de las Conferencias Generales de Río (1955), Medellín (1968), Puebla (1979) y Santo Domingo (1992). Sus conclusiones se anticiparon a las que nos ofreció la Conferencia General de Aparecida (2007).
El impacto de la dimensión de la Comunión en nuestras Iglesias en Venezuela
La Asamblea Nacional de Pastoral es una expresión concreta de una de las orientaciones pastorales contenidas en el documento  “Instancias de comunión del Pueblo de Dios para la Misión” (Cf ICV No 216).  Es una instancia de comunión inédita y nos transforma a todos en pioneros de una nueva manera de ser y vivir la Iglesia en el nivel nacional. Que también en esta oportunidad se cumpla la promesa de Jesús a sus discípulos antes de su Ascensión: “Ustedes recibirán la fuerza del Espíritu Santo” (Hch1, 8), como reza la frase inspiradora de la Escritura escogida para este evento.
El tema de la comunión tiene la particularidad de ser la línea teológica-pastoral del Concilio Plenario y el contenido temático de dos de los dieciséis documentos conciliares: La Comunión de la vida de la Iglesia en Venezuela (Doc. No 2) e Instancias de Comunión del Pueblo de Dios para la Misión (Doc. No 11). Estamos pues hablando del corazón y médula del Concilio; del eje articulador de todo el evento, de los trabajos y del conjunto de los documentos. Todos deben leerse, entenderse y aplicarse en ese horizonte.
La Iglesia, experta en humanidad y en pastoral, como buena madre y Maestra, nos enseña que para que un evento conciliar como el Concilio Vaticano II o el Concilio Plenario de Venezuela, llegue a tener un verdadero impacto en la vida del pueblo creyente, es menester que se articulen estrechamente cuatro fases o momentos: que sea recibidos como un Kairós, una expresión concreta de la voluntad de Dios para ese momento histórico del mundo y de la Iglesia; que entre, a través de su lectura,  estudio y comprensión emocional entre en la mente  de todos los agentes pastorales; que sus fundamentos teológicos-pastorales penetren en el corazón y en las entrañas de los creyentes y se vuelvan convicciones ardientes, empáticas y contagiosas; finalmente pasen a los brazos y a los pies de sus agentes transformándose en compromisos que se lleven a la práctica con entusiasmo testimonial.
Han pasado cincuenta años desde la conclusión del Concilio Vaticano II, diez años de la clausura del Concilio Plenario de Venezuela,  y aquí estamos, obispos, sacerdotes, consagrados y consagradas, laicos y laicos asociados y no asociados,  convocado desde todas las Iglesias locales dispersas por todos los rincones del país. Algunos pocos participamos en el acontecimiento conciliar, otros hemos venido aplicando sus conclusiones; otros en fin nos incorporamos por primera vez a su marcha y nos empapamos de su espíritu. Hemos de estar claros que los cuatro momentos señalados anteriormente: recepción, comprensión, asimilación y praxis, son fundamentales para que podamos decir que nos tomamos en serio el don que Dios nos hizo y la manifestación de su voluntad. Si falla uno de ellos, se quiebra la dinámica conciliar. San Juan nos lo dice de otra manera: lo que hemos visto, oído, tocado al Verbo de vida es lo que les anunciamos y les damos a conocer  para que otros entren con nosotros en esta comunión de vida, de salvación y de alegría. (Cfr. 1 Jn 1, 1-4). Dicho esto les presento algunas reflexiones que nos motiven a trabajar en el área de comunión y algunas propuestas de líneas de acción.
El CPV fue un punto de llegada de una preparación que se inició en 1996 por invitación de San Juan Pablo II de remar mar adentro en las aguas de la Nueva Evangelización para entrar con nuevo ardor, nuevos métodos y nuevas expresiones en el siglo XXI. Pero es también y sobre todo un punto de partida. Por eso, a una década casi de su clausura, estamos nuevamente reunidos para medir y apreciar el impacto de la línea teológico-pastoral de la comunión para la misión, en la vida de la Iglesia en Venezuela; para discernir si de verdad, impulsados por el Espíritu de la comunión y de la unidad, nos hemos colocado en un estado de renovación y misión permanentes.
Algunas preguntas para ayudar a medir el impacto de esa dimensión
Me vienen a la mente algunas preguntas: ¿Hasta dónde hemos asumido la propuesta renovadora del CPV? ¿Nos estamos volviendo, gracias a los nuevos procesos pastorales puestos en marcha, cristianos y comunidades más comunionales? ¿Seguimos acomodándonos a ser meros cristianos cultuales o culturales o surgen signos claros de la aparición de nuevos cristianos marcados con el sello de la Trinidad, más “trinidianos”? ¿Qué signos podemos mencionar que revelan que estamos por el buen camino? ¿Ha incidido significativamente  nuestro modo eclesial de convivir y de actuar en las realidades anti-comunionales que detectamos en nuestra realidad social y eclesial hace 10-15 años? ¿Hemos identificado las semillas de comunión, de fraternidad, de solidaridad sembradas por el Verbo de vida en nuestra realidad venezolana actual? Los obispos ¿somos más unidos, más fraternos, más colegiales? ¿Más pobres, más sencillos, dialogantes y solidarios? ¿Se ha consolidado la red relacional horizontal entre todos los estados de vida  y los servicios de la Iglesia ¿Cuáles son los índices de comunionalidad que han ido apareciendo en las diversas instancias eclesiales de nuestras diócesis? ¿Nos hemos valido de la línea-teológica pastoral del CPV como guía y criterio de interpretación y de integración de los acontecimientos eclesiales (renuncia del Papa Benedicto, elección del Papa Francisco) y de los documentos magisteriales pontificios?  ¿Con qué nuevos lenguajes y expresiones hemos anunciado la comunión y la hemos propuesto como modelos de vida a nuestras familias, a nuestra parroquias, a nuestras comunidades de vida consagrada y a nuestras asociaciones apostólicas? 

La Iglesia casa y escuela de comunión en misión
La Iglesia casa y escuela de comunión es un nuevo modelo de Iglesia. La casa (oikos) se refiere a la dimensión hogareña, familiar de la comunión. Se trata por consiguiente de una iglesia-hogar, una iglesia-familia donde se forjan sujetos eclesiales, personas que viven y cultivan las dimensiones propias de una casa de familia: relaciones personalizadoras de tipo materno-paternal, esponsal, fraternal, marcadas por la calidez de la intimidad, de la cercanía, del respeto mutuo, de la comunión de bienes. Una Iglesia de  participación, comunidades reales y vivas en las que los creyentes se hacen hermanos y hermanas. El espíritu de comunión alcanza horizontalmente a todos los miembros de la Iglesia: obispos, laicos/as, religiosos/as, sacerdotes y diáconos; los grupos y movimientos de apostolado; el presbiterio; servicios diocesanos, zonales, vicariales y parroquiales.
Iglesia-escuela de comunión: apunta a una Iglesia sinodal, en camino, en proceso, en salida,  en dinamismo de permanente crecimiento, de permanente conversión, incansable en la búsqueda  de actualizaciones creativas para entregar, como pan fresco y caliente, la Buena Noticia de Jesús a Venezuela y al mundo. La Iglesia escuela de comunión se convierte a su vez en taller porque exige la formación procesual, desde la comunidad, desde la acción, desde la relación Palabra-Fe-Vida, de discípulos misioneros, con miras a ser enviados como testigos y apóstoles  a comunicar el mensaje de Jesús.
Conversión eclesiológica, pastoral y personal
Pasar de un modelo de Iglesia a otro exige una conversión eclesiológica, es decir un cambio de mentalidad para pensar, sentir, vivir y actuar a partir de una espiritualidad y una eclesiología de comunión, en la acogida, el reconocimiento y la conjunción sinérgica de la diversidad de carismas, dones, ministerios y servicios que suscita el Espíritu Santo en cada Iglesia local y en las demás instancias eclesiales. 
Los respuestas de las Asambleas provinciales tomaron en su mayoría, como criterio referencial para elaborar su reflexión y formular sus propuestas, los seis desafíos contenidos en el Documento conciliar sobre Instancias de comunión para la Misión: Espiritualidad de comunión, formación permanente para la comunión en misión, renovación de las actuales instancias y organismos para que puedan ser expresiones más eficaces de la comunión en la misión (familia-Iglesia doméstica, pequeñas comunidades cristianas, parroquias, zonas pastorales, diócesis, Provincias, CEV, promoción de nuevas instancias de comunión para la misión, comunicación cristiana de bienes, pastoral de comunión orgánica, planificada y de conjunto ( ICV NN 148-238).

¿Qué debemos hacer?
Del conjunto de las consultas y respuestas se desprende un gran anhelo y deseo de entrar más a fondo en el modelo de Iglesia comunión. Se reconoce en general que  algo nos hemos despegado de la orilla del modelo eclesial hasta ahora vigente pero que no hemos tomado aún suficiente impulso en conjunto, seguimos trabajando muy aisladamente y no nos sostenemos unos a otros. Por eso surge una gran pregunta, como la que surgió el día de Pentecostés, después del discurso kerigmático de Pedro. Cito:
 “Al oír estas cosas, todos se conmovieron profundamente y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Hermanos, ¿qué debemos hacer? Pedro les respondió: “Conviértanse y háganse bautizar en el nombre de Jesucristo…” (Cfr. Hch 2,37).
Como pueden apreciar esta respuesta tiene un fuerte sabor coromotano. Un mensaje parecido les entrego la Virgen de Coromoto a los venezolanos a través de la familia del Cacique de los Cospes. Yo hoy les dirijo en nombre de todas nuestras Iglesias que peregrinan en Venezuela la siguiente pregunta:
¿Qué debemos hacer o hacer mejor como Iglesia en los planes, estrategias y estructuras para profundizar la eclesiología y espiritualidad de comunión en la familia y otras instancias eclesiales?
Propuestas de trabajo
Para no quedarnos solo en una pregunta, así como Pedro instó a sus oyentes a bautizarse les hago las siguientes propuestas, fruto del trabajo de las asambleas provinciales. Es importante tener en cuenta que las proposiciones que adoptemos deben reunir entre otras a las siguientes características: estar vinculadas e inspiradas por el Concilio Plenario de Venezuela y el magisterio pontificio post-conciliar y particularmente por el del Papa Francisco: estar integradas dentro de una Pastoral global de comunión y los respectivos planes provinciales y diocesanos; tomar en cuenta la gran comunidad eclesial que formamos y al mismo tiempo la diversidad de nuestras regiones y de nuestras culturas regionales; ser ejecutables a relativamente corto plazo para conducirnos hacia una Iglesia en permanente proyección misionera “ad intra” y “ad extra”, “inter gentes” y “ad gentes”; ser una Iglesia luz, sal y fermento de una cultura de la vida y de la solidaridad.
1.- Espiritualidad de comunión

Definir las líneas centrales y operativas que han de regir la espiritualidad de comunión en una Venezuela políticamente polarizada, necesitada de reconciliación, de convivencia y respeto mutuo.

Traducir en nuestros itinerarios de iniciación cristiana algunos rasgos fundamentales que identifican el catolicismo de los venezolanos (bautismo, patronazgo nacional coromotano, la valoración del compromiso laical a partir de figuras como la del venerable Dr. José Gregorio Hernández).

2.- Instancia Familia, Iglesia doméstica

Trabajar más a fondo el tema de la familia venezolana dentro de un Proyecto pastoral de conjunto y definir y articular más claramente las líneas de las pastorales que la conforman para constituirla en una instancia real y efectiva de comunión, participación y solidaridad. Tener como norte y brújula la evangelización de la familia integrándola dentro de los itinerarios de pastoral sacramental.

  
3.- Instancia Pequeñas comunidades cristianas

Promover las pequeñas comunidades cristianas dentro de la visión del Concilio Plenario de Venezuela y del proyecto de renovación de las parroquias como comunidades de comunidades discipulares y misioneras.

4.- Instancia Provincial:

Dotar a la instancia provincial de un estatuto más preciso que le permita se de manera más efectiva una instancia de comunión y de consolidación de la fraternidad Cristiana y de la comunión Cristiana de bienes.

5.- Pastoral de comunión

Trabajar más a fondo el tema de la Pastoral de Comunión de tal manera que cada diócesis tenga una pastoral de conjunto orgánica, participativa y planificada y podamos avanzar de manera más clara y conjunta en la conversión eclesiológica, pastoral y personal.

UCAB, Caracas 6 de noviembre de 2015

+Ubaldo R Santana Sequera FMI
Arzobispo de Maracaibo

Padre José A. Da Conceicao, referente de la Dimensión Comunión







jueves, 19 de noviembre de 2015

SOLEMNIDAD DE NUESTRA SEÑORA DE CHIQUINQUIRA - PATRONA DEL ZULIA - MUESTRANOS, SEÑORA, TUS OJOS MISERICORDIOSOS


SOLEMNIDAD DE NUESTRA SEÑORA DE CHIQUINQUIRA
PATRONA DEL ZULIA
HOMILÍA
MUESTRANOS, SEÑORA, TUS OJOS MISERICORDIOSOS

Muy queridos hermanos y hermanas, cristianos y cristianas del Zulia dispersos por Venezuela y el mundo; fieles devotos de la Chinita conectados con esta celebración a través de los Medios de Comunicación y la tecnología digital.
Me llamarán dichosa todas las generaciones

Al pararme aquí, en este ambón y posar mi mirada sobre esta inmensa multitud de fieles agolpados en esta esplanada,  al imaginarme los miles y miles de espectadores que siguen esta misa por la TV, la radio, por la internet y las redes sociales,  en Venezuela y en el mundo,  no puedo dejar de sentir una honda alegría en el corazón y de dar gracias a Dios. Hoy se cumplen una vez más las palabras de la canción que la Virgen le cantó a Dios cuando visitó a su prima Isabel: “Me llamarán dichosa todas las generaciones”.  ¡Que alegría saber que, desde hace más de tres siglos, la Virgen María se siente dichosa entre nosotros!

El encuentro de la Chinita con el pueblo zuliano fue el inicio de una de las más bellas historias de amor que he tenido la dicha de conocer. Una historia que  empezó de modo sencillo y humilde, así como empiezan las historias maravillosas. Cuenta la tradición que una mañana serena,  una curtida tablita, con una imagen borrosa,  se aposentó pudorosa a las orillas del lago y una humilde pobladora, venida a recoger leña o a lavar su ropa -¿quién sabe?-  la avistó y se la llevó, contenta,  para su casa.  No sabía la humilde nativa  que estaba haciendo exactamente lo que había hecho, siglos antes, el apóstol San Juan, al pie de la cruz. El fue el primero, que por invitación de Jesús,  se llevó a María para su casa. “He ahí a tu madre” (Cf Jn 19,27), le había dicho Jesús antes de morir. Por eso se la llevo consigo.

Se la llevó consigo para su casa
Han pasado 306 años de aquel maravilloso momento en que la humilde pobladora saladillera se llevó la tablita para su humilde morada.  Hoy se cuentan por centenares de miles, las familias zulianas y de otras partes de Venezuela y del mundo que han decidido llevarse a María para su casa. Y ustedes, mis queridos hermanos, están aquí esta noche, porque también, quieren llevarse a María con ustedes para su casa. ¿Verdad que Si? Si algo bueno le ha ocurrido a los zulianos, en estos tres últimos siglos de su historia, ha sido precisamente la llegada a sus costas  de Santa María Virgen, la Madre de Dios y la decisión que tomaron de no dejarla allí,  meciéndose en los marullos del lago, sino de llevársela para  introducirla en sus casas y en sus corazones. Para eso vino precisamente María flotando en una tablita: para meterse para siempre en sus casas, en sus corazones y sembrarse definitivamente en esta tierra. Una cosa grande y  bella he descubierto en los 15 años que les sirvo como arzobispo: que el pueblo zuliano  ama a María y que María ama al pueblo zuliano.
Yo los invito a todos esta noche a que sigan llevándose a la Virgen María para sus casas. Llévensela a casa para que se las bendiga y las transforme en un hogar cristiano. Llévensela a casa para que bendiga a sus familias y las mantenga unidas a través de la oración. Llévensela a casa para que les enseñe a escuchar la Palabra de Dios y a ponerla en práctica (Cf Lc 6,47-48). Llévensela a casa para que  les ayude a mirar el mundo, los acontecimientos y a las personas con los ojos de Dios (Cf Lc 3,51). Llévensela a casa para que les enseñe a ser fieles a Jesús (Cf Jn 19,25). Llévense a María a casa para que ella les entregue el gran don que lleva en sus brazos: su Hijo Jesús.
Entraron en la casa y vieron al niño con María su madre (Mt 2,11)
Ustedes sin duda se habrán fijado muchas veces en la tablita y se habrán dado cuenta que la Virgen morena lleva un niño en sus brazos. La Virgen María no vino sola: trajo un niño en sus brazos, el niño Jesús, el Hijo de Dios que se hizo hombre en su seno virginal. No olvidemos, hermanos, que en la historia de la salvación, la vocación propia de la Virgen María es la de ser la puerta de entrada de Jesucristo, el Salvador del  mundo. Jesús, primero que todo, es un don de la inmensa misericordia del Padre para con la humanidad caída. Y María fue la mujer elegida para ser Madre de ese hijo y entregarlo al mundo. María no sabe hacer otra cosa que la de entregar a Jesús a los hombres para que los salve. Por eso donde llega María, llega Jesús y donde llega Jesús llega la salvación. María se pondría muy triste si quisiéramos recibirla a ella sola y no recibiéramos al Hijo que trae en sus brazos.
Cuando repasamos la historia de la evangelización del pueblo latinoamericano, iniciada hace ya más de 510 años, llama poderosamente la atención la presencia, desde el principio, de la Virgen María. Dios quiso valerse de ella no solamente para que trajera al Salvador al mundo sino para lo introdujera también en el nuevo mundo. Esto es particularmente válido para  nosotros los venezolanos. Por eso no hay región de Venezuela donde no esté presente, bajo diversos nombres y advocaciones, esta madre amorosa: Virgen del Valle en oriente, Ntra. Sra. de la Consolación en Los Andes, Virgen del Socorro en Carabobo, Divina Pastora en Lara, la Bella Señora de Coromoto en Los Llanos, Virgen de Guadalupe en Falcón, Ntra. Sra. del Rosario de Chiquinquirá, la Chinita, en el Zulia. No hay duda que Dios ha querido que los venezolanos lleguemos a Jesús acompañados y guiados por su madre la Virgen María. María es camino a Jesús y Jesús es el Camino para llegar a la Verdad que es Dios Trino y con él gozar de la Vida eterna (Jn 14,6).   ¿Queremos hacer feliz a nuestra madre María?  Recibamos  a Jesús.  Aceptémoslo, como nuestro Señor y Salvador. Entonces llegará la salvación a nuestra casa (Cf Lc 19,6), a nuestra  familia, a nuestra vida, a nuestro trabajo, a nuestro vecindario y a nuestro país.
La Chinita: una tablita y un mensaje
Pueblo amado, las corrientes marinas no se trajeron la tablita hasta estas riberas por casualidad. La tablita llegó porque la Virgen  María quiso venir a vivir con los zulianos. Ella sabía que aquí encontraría un pueblo dispuesto a recibir su mensaje y a transmitirlo a las nuevas generaciones. La Chinita no es solo una tablita: es un  mensaje de parte de Dios. Hasta hoy han sabido cuidar primorosamente la tablita gracias a los párrocos y rectores de la basílica, a las Sociedades de los Servidores y de las Hijas de María; a los gaiteros y a los poetas; a los joyeros y a los orfebres y a mucha gente humilde y sencilla que la aman. Y lo han hecho muy bien.
Cuiden también de transmitir el mensaje, el cual consiste en aprender a recibir a Jesús de las manos de María, a escuchar y cumplir su Santo Evangelio, en amar a Dios y al prójimo por encima de todo. La mayor felicidad de María no fue la de darnos biológicamente a Jesús sino la de tener fe en él, hacerse discípula de su hijo,  aceptar su mensaje y hacerlo vida diaria como voluntad de Dios. Una vez una mujer le gritó a Jesús: “Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te amamantaron”. Pero Jesús contestó: “Mucho más dichosos son los que escuchan la palabra de Dios y la guardan” (Lc 11,27-28).
Es urgente que este mensaje llegue de modo comprensible y actualizado a nuestros jóvenes, a nuestros niños, a las nuevas familias porque vivimos tiempos de gran tribulación. La familia está siendo muy golpeada. Nos quieren meter falsos modelos de matrimonio; le quieren negar a los niños el derecho de tener un papá varón y una mamá mujer; organizaciones con mucho poder y dinero están trabajando activamente para sacar a Dios de las escuelas y universidades y de la vida social. Se le quiere meter por todos los poros a los muchachos que por medio de la droga, de la extorsión, del secuestro,  del sicariato y del tráfico de armas y seres humanos vivos o muertos pueden ganar mucho dinero y hacerse ricos rápidamente sin necesidad de estudiar ni de trabajar.  
Sin Dios no hay vida
Estamos horrorizados por las noticias de muertes y masacres que nos llegan todos los días de tantas partes de Venezuela y del mundo. El Papa nos advierte del gran peligro que corremos de entrar en una nueva guerra mundial que si no caemos en la cuenta de que todo está interconectado y formamos una sola familia que vive bajo un mismo techo planetario.  Lo que ocurre es producto de haber sacado a Dios de nuestras constituciones, de nuestras universidades, de nuestras escuelas, de nuestras casas, de nuestras culturas, en una palabra de nuestras vidas.  
Corremos gran peligro por eso necesitamos orar, orar como lo hizo la reina Ester cuando descubrió que su pueblo estaba amenazado de exterminio. Todavía es tiempo.  Cambiemos nuestro modo de vivir. Sin Dios no hay vida, no hay paz, no hay futuro para nadie. Necesitamos urgentemente aprender a vivir no como lobos ni como enemigos sino como hermanos sin distinción de edad, de raza, de partido político, de religión, de nivel cultural o económico, pues dependemos los unos de los otros. Necesitamos orar intensamente por los gobernantes de nuestro país y los del mundo entero para que actúen con gran sabiduría y pongan todo su empeño en buscar los verdaderos caminos que conducen a la paz. Por los caminos de la guerra, del odio y de la violencia la única vocación que vamos a lograr es la de ser sepultureros de nuestro planeta y de nuestro bello país. No perdamos tiempo discutiendo, peleando, matándonos unos a otros. Tenemos que abandonar lenguajes, actitudes, posturas, acciones y programas que generen violencia, agresividad, odio y conflictos. ¡No nos dejemos robar la esperanza!
La Tablita, una parábola de la misericordia
“María ha recibido la bendición del Señor y la misericordia de Dios, su salvador”. Toda ella está llena de gracia. Su corazón, es un reflejo vivo de la misericordia divina. Por eso los invito a cobijarnos en el corazón de nuestra Madre y Reina de Misericordia con las palabras de  la gaita de Argenis Sánchez, que cantan este año los Chiquinquireños:
“Ella tiene el corazón abierto de par en par,
Lleno de amor para dar paz, bondad y bendición
El corazón de nuestra Virgen con sus latidos
En cada acción siente lo más bello por sus hijos
Su corazón palpita y vibra cuando acudimos
Y entre oración en la bajada la recibimos
El corazón, mi pueblo, que describimos
Es el regalo más lindo de vida que hemos conocido”


Vuelve, Madre, hacia tu pueblo tus ojos misericordiosos
La fiesta de este año se la queremos dedicar a María, bajo el título de “Reina y Madre de Misericordia”, en preparación del inicio del Año Jubilar de la Misericordia decretado por el Papa Francisco y que se iniciará el próximo 8 de diciembre en Roma y el 13 en Maracaibo. Por medio de la tablita y del Santo Cristo de La Grita que nos acaba de visitar, recibamos este año, en estas fiestas, el gran don de la misericordia de Dios. Le pedimos a nuestra madre, como lo hacemos con frecuencia en el rezo de la Salve, que vuelva hacia nosotros sus ojos misericordiosos. Fijémonos en la tablita, fijémonos en la mirada de María, en la ternura con la que mira al hijo que lleva en sus brazos. Sintamos a  través de los ojos de la Madre, la mirada misma de su hijo Jesús, la mirada de Dios, “rico en misericordia y bondad”, siempre dispuesto a perdonarnos si nos arrepentimos de corazón y volvemos a Él.
La mirada llena de ternura del niño Jesús  nos anuncia la misma bella noticia que acabamos de escuchar en la carta de San Pablo a los Efesios: “Estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho vivir con Cristo -por pura gracia estáis salvados-nos ha resucitado con Cristo Jesús y nos ha sentado en el cielo con él. (Ef 2, 1-4). Muéstranos, María, a todos los que estamos hoy aquí reunidos en tu casa, a los pies de tu imagen bendita, los ojos  misericordiosos de tu Hijo Jesús nuestro Señor, para que nos volvamos nosotros también, como él, hombres y mujeres de entrañable  misericordia (Cf Mt 9,36). ¡Nos hace tanta falta la misericordia! Nos hemos vuelto muy crueles, muy indiferentes al dolor ajeno. Más que las bombas y el terrorismo a nuestra humanidad la mata la indiferencia hacia el sufrimiento de los pobres y de los abandonados.
Vuelve tus ojos misericordiosos hacia los extorsionadores y cámbiales su corazón de piedra por un corazón humano; hacia los ladrones, malandros y asesinos para que descubran el valor de la vida y del perdón; hacia los narcotraficantes para que se den cuenta del daño que están causando y se dediquen a actividades más humanitarias; a los que se enriquecen a costillas de los pobres para que dejen de pensar en sí mismos y se vuelvan más desprendidos y solidarios y devuelvan lo que han robado.  
Vuelve hacia la familia zuliana tus ojos misericordiosos, y enséñale a todos sus miembros a vivir como hermanos: entre indígenas y criollos, entre nacionales y extranjeros, entre venezolanos y colombianos, entre partidarios de distintos grupos políticos, religiosos y culturales; entre niños, jóvenes, adultos y ancianos.  
Madre de ojos achinados, vuélvenos misericordiosos a nosotros, tus obispos, sacerdotes,  diáconos y consagrados. Que nos hagamos más sensibles a la gente que sufre hambre, desnutrición, abandono, falta de afecto y cariño. ¿Cuándo nos dolerá la opresión del humilde? ¿Cuándo escucharemos el gemido del pobre? Es tiempo y hora de misericordia (Cf Sal 101), para enseñar a quien no sabe, aconsejar al que lo necesita, corregir al que se equivoca, perdonar a los que nos injurian, consolar a los afligidos, tolerar los defectos ajenos, orar por los difuntos.
Vuelve hacia todos nuestros gobernantes tus ojos misericordiosos para que, en el próximo año de la misericordia, se vuelvan más tolerantes, valoren más a las personas que a las ideologías o al dinero; favorezcan tratos más humanitarios a  los presos; dialoguen con los que piensan distinto; lleven adelante gestiones honestas y eficaces para que al pueblo no le falte: agua, luz, salud, seguridad, escuelas, trabajo y tiempo de sano esparcimiento. Que todos los que salgan elegidos en las próximas elecciones luchen conjuntamente para alejar de nuestro territorio esos terribles males que en otros continentes destruyen a la humanidad: el hambre, la sed, la guerra y la peste.
Que por su entrañable misericordia, Dios, nos visite, en este próximo año jubilar, como un el sol que nace de lo alto, para que nos  ilumine a todos los que vivimos en tiniebla y en sombra de muerte, y guie al Zulia, a Venezuela y al mundo por los senderos de la paz.
Pues eres de los pecadores,
el consuelo y la alegría,
¡Oh Madre Clemente y pía,
¡Escucha nuestros clamores!

Maracaibo 18 de diciembre de 2015

+Ubaldo Santana Sequera FMI
Arzobispo de Maracaibo