viernes, 31 de julio de 2015

La Predicación de Jesús en Nazaret

JULIO 31
SAN IGNACIO DE LOYOLA, FUNDADOR DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS

INVOCA AL ESPIRITU SANTO
Ven, Espíritu Santo, envíanos un rayo de tu luz
para que escrutemos la Palabra de Dios,
como  Jesús lo hizo con  los dos discípulos de Emaús.
Abre nuestro entendimiento a las Escrituras
para que, así como ellos la descubrieron
en la pasión y muerte de Jesús de Nazaret en Jerusalén,
nosotros también descubramos la presencia de la Pascua de Jesús
en los sufrimientos de nuestra vida.
Que iluminados por ti, entendamos que la cruz no es el final de toda esperanza,
sino camino que desemboca en la fuente de la vida y de la resurrección.
Danos un corazón puro y sencillo como el de María
para guardar tu Palabra, meditarla con atención y llevarla a la práctica,
con prontitud y alegría, en nuestra vida diaria. Amén.
 
LEE LA PALABRA DEL SANTO EVANGELIO: Mt 13, 54-58
En aquel tiempo, al llegar a su pueblo Jesús se puso a enseñar en la sinagoga de tal manera que la gente se asombraba y comentaba: “¿De dónde le vienen esta sabiduría y esos milagros? ¿No es este el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿No viven entre nosotros sus hermanas? Y estaban decepcionados de él. Pero Jesús les respondió:”Un profeta solo es menospreciado en su pueblo y en su familia”. Y no hizo allí muchos milagros por la falta de fe de aquella gente.
PALABRA DEL SEÑOR
GLORIA A TI, SEÑOR JESÚS

MEDITA LA PALABRA DE DIOS

Jesús acaba de dedicarle tiempo a la enseñanza de sus discípulos en el discurso de las parábolas y ha encontrado en ellos acogida y una inicial comprensión. No ocurre así con los dirigentes del pueblo (Herodes, saduceos, fariseos ), ni con las poblaciones donde ha predicado, Cafarnaúm, Betzaida, Corozaín,  ni tampoco con la gente de su pueblo, Nazaret. Allí sufre un doloroso rechazo como el que sufrió Jeremías en su pueblo natal de Ananot (Jer 11, 18-23). La gente queda decepcionada o peor aún, escandalizada de él. ¿Cómo pretende presentarse venir a dar enseñanzas como profeta si es hijo de carpintero, cuya madre, hermanos y hermanas todo el pueblo conoce?
También eso es posible: que Jesús decepcione o escandalice. Este verbo ya lo habíamos encontrado anteriormente cuando unos discípulos vinieron a preguntar de parte de Juan el Bautista si él era el Mesías esperado. En su respuesta Jesús concluirá con estas palabras: “Dichoso el que no se decepciona de mi” (Mt 11,6). Ante estos rechazos, Jesús empezará a ampliar su radio de acción a poblaciones ubicadas más allá de las fronteras de Israel (14,13; 15,21; 16,4) y continuará la enseñanza de sus discípulos.

Estos episodios nos permiten descubrir una vez más que Jesús quiere revelar los misterios del Padre a los humildes y sencillos de corazón y que el Reino de Dios, como él mismo lo ha relatado en sus parábolas, comienza con lo mínimo e insignificante, con aquellos signos y realidades que la gran mayoría no valora sino que, por lo contrario, consideran insignificantes, decepcionantes o hasta escandalosos.

ORO A PARTIR DE ESTA PALABRA

¿Qué preguntas suscita en mi Jesús? ¿Qué palabras, actitudes o acciones de Jesús provocan aún en mi resistencia, rechazo, decepción? Señor, ¿te reconozco realmente como mi Señor y mi Dios, como lo confesó Santo Tomás? Puedo estar despreciándote cuando no ignoro tus mandatos o no te dejo espacio en mi vida, o no acepto a alguno de mis hermanos (as).

ME COMPROMETO  A LA LUZ DE LA PALABRA

San Ignacio, cuya fiesta celebramos hoy, convaleciente de su herida en la pierna y de sus tres dolorosas operaciones (sin anestesia), al leer la vida de Jesucristo o de los santos, a veces se ponía a pensar y se preguntaba a sí mismo. "¿Y si yo hiciera lo mismo que san Francisco o que santo Domingo?". Y así lo hizo.
 De ahora en adelante estaré más atento (a) a leer libros que me ayuden a conocer mejor a Jesús, a amarlo y a seguirlo por el camino de santidad que me corresponde.

31-07-15/URSS

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