sábado, 27 de mayo de 2017

EUCARISTÍA DE ENTREGA DE LA PARROQUIA SAN JUAN DE DIOS Y NUESTRA SEÑORA DE CHIQUINQUIRÁ HOMILÍA

EUCARISTÍA DE ENTREGA DE LA PARROQUIA SAN JUAN DE DIOS
Y NUESTRA SEÑORA DE CHIQUINQUIRÁ
HOMILÍA

Muy querido hermano, Mons. Ángel Caraballo, Pbros. Engelberth Jackson y David Urdaneta,
Querido Padre Nedward Andrade y demás hermanos presbíteros y diáconos presentes,
Amados hijos e hijas del pueblo chiquinquireño,

En esta mañana del mes de mayo en que tengo el gozo, conjuntamente con mis hermanos obispos Diego Padrón y Mario Moronta, de dar gracias a Dios por nuestros 27 años de vida episcopal, hago memoria grata y agradecida del Cardenal José Alí Lebrún, quien nos ordenó, teniendo como obispos co-consagrantes a Mons. Domingo Roa Pérez y a Mons. Miguel Antonio Salas. Tres grandes modelos de pastores de esta Iglesia que peregrina en Venezuela.
Así como hace casi tres décadas viví intensamente el misterio de fe de la sucesión apostólica, querida por Cristo, hoy vivo también otro gozo: el de compartir mi ministerio episcopal con un hermano sacerdote al confiar a su cuidado pastoral una parte del rebaño marabino. Le estoy confiando al padre Nedward Andrade, miembro de este presbiterio, una bella y hermosa porción: la parroquia donde vive nuestra Madre la Virgen de Chiquinquirá, albergada por el primer servidor de ella, San Juan de Dios y custodiada por el apóstol San Andrés y San Antonio de Padua.
Reitero que es un gozo porque nada causa mayor alegría que poder compartir el ministerio apostólico que Cristo Jesús nos ha confiado con aquellos servidores, ministros ordenados, que ha colocado a nuestro lado para recoger juntos la gran mies que madura en los campos de esta arquidiócesis y que tiene en esta parroquia chiquinquireña su corazón espiritual. Pidamos incesantemente al Señor de estos grandes sembradios que nunca falten los operarios para recoger la cosecha. La casa de María es un buen lugar para pedírselo, ella fue la mujer que dio su asentimiento para que su único hijo, Jesús, se dedicara totalmente a la causa del Reino de Dios.
Estoy profundamente agradecido por el servicio prestado por todos los párrocos que han atendido esta grey, particularmente al Pbro. Eleuterio Cuevas y a Mons. Ángel Caraballo, mi obispo auxiliar, así como a los Pbros. Engelberth Jackson y David Urdaneta, quienes se han dedicado con gran amor, empeño y entrega al servicio de esta gran comunidad parroquial durante estos cinco meses de transición. Así mismo agradezco y bendigo al amplio equipo pastoral que los ha acompañado y sin el cual, bien sabemos, es muy poco lo que hubieran podido hacer.
Con la llegada del padre Nedward y muy pronto del vicario parroquial que lo acompañará, empieza una nueva etapa para la vida de esta hermosa pero exigente comunidad parroquial. Se inicia en medio de una grave crisis que está sacudiendo los fundamentos mismos de nuestra patria y está poniendo en serio peligro su continuidad y su institucionalidad. Hemos visto con gran inquietud y angustia como se han producido en torno a esta misma casa de la Chinita manifestaciones de violencia y de represión desmedida pero también hemos visto cómo con la intervención de los pastores se han evitado en momentos álgidos mayores daños físicos y patrimoniales.
Quiero reiterar desde la casa de la mamá de todos nosotros, lo que ya han dicho mis hermanos de la CEV varias veces y en particular en la última exhortación del cinco de este mes. No habrá paz ni estabilidad posible para Venezuela mientras el Gobierno se empeñe en imponer a rajatablas y unilateralmente una nueva Constituyente. Es una propuesta que no resuelve de forma inmediata y directa los graves problemas que aquejan la población.
Hermanos gobernantes, dejen de lado su empeño político de amasar poder y atiendan a su pueblo que clama al cielo pidiendo comida, medicamentos, seguridad jurídica y civil. Ustedes pueden y deben parar esa hemorragia de venezolanos que están huyendo por centenares de miles de un país que no les está ofreciendo vida digna, trabajo, seguridad y paz para vivir. En la aplicación de la Constitución actual están las respuestas y las soluciones. Aténganse a ella y no estén inventando fórmulas que en vez de resolver los acuciantes problemas de la población crean más enredos y complicaciones políticas.



Los textos escogidos para la misa de hoy son muy iluminadores del ministerio que inicia el nuevo párroco y el equipo pastoral de laicos que lo acompañará. En el evangelio él ángel le dice en sueños al justo José que está tomando una decisión equivocada: “José, no temas en recibir a María como esposa tuya”. A la criatura que nacerá de ella por obra del Espíritu Santo, la llamarás Jesús, porque el salvará a su pueblo de sus pecados.
Eso mismo te digo yo hoy, Nedward, a la luz de este evangelio. Sé que la responsabilidad que te confío es grande y que te puede causar alguna inquietud o turbación, como a José el embarazo de su esposa María. Pero el Señor te dice también hoy a ti: “No temas en recibir la parroquia; no temas en recibir a María. Haz como el apóstol Juan. Cuando recibió a María de manos de Jesús moribundo en la cruz, se la llevó a su casa y cuidó de ella (Cf Jn 19,27). Cuida tu también de tu mamá. Cuida de la mamá de todos los zulianos. Ella también velará sobre ti.
El ángel le explica a José que el fruto de las entrañas de María viene del Espíritu Santo y no es fruto de una infidelidad o adulterio. Que ese niño que va a nacer lo haga suyo, poniéndole el nombre de Jesús. Tu principal responsabilidad no es cuidar la tablita, es sobre todo velar para que nazca Jesús en el corazón de tus parroquianos. La Virgen se pondrá feliz, muy feliz si tu principal empeño es asegurarte que los que aquí acuden no se encuentren con ella en una tablita, sino que se encuentren, personalmente con su hijo Jesús, crean en él y se hagan sus discípulos misioneros.
El ángel le explica a José el nombre de Jesús. Le pondrás Jesús porque el salvará a su pueblo de sus pecados. Esa es la razón de ser de la Iglesia, de las diócesis, de las parroquias, de nuestro servicio. La Iglesia está puesta en este mundo para salvar a la humanidad de las garras del demonio y del pecado y colocar a Jesús, su Evangelio y su proyecto fundamental, que es el Reino de su Padre Dios, en el corazón, en la mente, en los labios y en la vida de los hombres. Ese será tu cometido fundamental. Para llevarlo a cabo no estarás solo porque el Espíritu Santo ha suscitado y seguirá suscitando un gran número de servidores de María, de hijas de María, de agentes pastorales, quienes desde distintas funciones, cargos, ministerios y carismas te acompañarán, te secundarán y harán que tu trabajo no se quede dentro de las paredes de la basílica, sino que se irradie por los 12 sectores que conforman la parroquia.
Te pido te valgas para cumplir este hermoso trabajo evangelizador y misionero del Pla Global de Renovación Pastoral con el que contamos en nuestra arquidiócesis. Que con la fuerza del Espíritu Santo y la poderosa intercesión de María, construyas, con tus pastores y todos tus demás hermanos de la zona pastoral No 1 y del resto de la Arquidiócesis, una Iglesia casa, escuela y taller de comunión y solidaridad misionera.
Mañana es la fiesta de la Ascensión del Señor. Al subir a la derecha del Padre Jesús coloca el punto final a su misión en la tierra. Ya lo había dicho en la cruz: “Todo se ha cumplido” (Jn 19,30). El Plan salvador de su Padre amado se ha llevado a cabo. Ha obedecido a su voluntad salvífica, como ya lo había hecho su madre María, al principio de toda su historia terrestre (Cf Lc 1,38)).
Que se cumpla en ti la Palabra de Dios. Que lleves a cabo el proyecto salvador del Padre en esta populosa comunidad del casco histórico de Maracaibo. Acuérdate que la religiosidad popular que gira en torno a la devoción de la Chinita tiene una proyección nacional e internacional. Haz con alegría y entrega lo que el Señor te pide. Te recomiendo leas los números de la Exhortación del Papa Francisco “La Alegría del Evangelio” sobre el potencial evangelizador de la religiosidad popular (C EG 122-126).
Que el Espíritu Santo sople fuerte para ti para que con la estrecha colaboración del equipo pastoral que te acompaña realices un ministerio profundamente evangelizador y misionero con toda la fragancia chiquinquireña que mana sin cesar de este bendito lugar como un manantial inagotable de bendiciones. Amén.
Maracaibo 27 de mayo de 2017

+Ubaldo R Santana Sequera FMI

Arzobispo de Maracaibo

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