viernes, 29 de abril de 2016

COMUNICADO CON MOTIVO DEL QUINCUAGÉSIMO ANIVERSARIO DE LA CREACION DE LA ARQUIDIOCESIS DE MARACAIBO



COMUNICADO CON MOTIVO DEL QUINCUAGÉSIMO ANIVERSARIO DE LA CREACION DE LA ARQUIDIOCESIS DE MARACAIBO
“Cada Generación celebra tus acciones y le anuncia a las otras tus portentos”(Sal 145,4)

1)      Al conmemorarse el próximo día 30 de abril de 2016 los cincuenta  años de la elevación de la Iglesia zuliana al rango de Arquidiócesis Metropolitana y de la Provincia Eclesiástica, renovamos, en este año jubilar de la Misericordia, nuestro recuerdo agradecido a Dios todopoderoso y a todas aquellas personas que a lo largo de estos años se dedicaron a esparcir y cultivar la semilla del Evangelio en esta querida tierra del Coquivacoa.

2)      Esta Iglesia particular fue erigida el 28 de julio de 1897, por decisión del Papa León XIII como Diócesis del Zulia, para luego denominarse Diócesis de Maracaibo (2-1-1953) y finalmente ser elevada mediante la ejecución de la Bula “Regimine Suscepto” de Su Santidad el Papa Pablo VI, fechada el 30 de abril del año 1966, a la más alta categoría, a que puede llegar una iglesia local: la de Metropolitana, rango concedido a las jurisdicciones eclesiásticas que se destacan por su venerada antigüedad, o el vigor y desarrollo de su vida cristiana. Así nació hace cincuenta años la Arquidiócesis Metropolitana de Maracaibo y la Provincia Eclesiástica del mismo nombre. Su peregrinación eclesial lleva la profunda impronta de los Papas que han regido la Iglesia universal en estas cinco décadas: Pablo VI, Juan Pablo I, San Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco.

3)      De esta originaria Diócesis del Zulia han nacido tres circunscripciones eclesiásticas, que hoy son sus sufragáneas, la Diócesis de Cabimas, la Diócesis de Machiques y la Diócesis de El Vigía-San Carlos. La diócesis de Machiques ya venía funcionando bajo el régimen de Vicariato Apostólico (26-05-1943), confiado a los Misionero Capuchinos. En cada una de estas instancias eclesiales, en fidelidad al mandato de Jesús (Mt 28,20), se realiza permanentemente la obra de la evangelización y de la edificación de la comunidad de los hijos de Dios y hermanos de toda la humanidad (Cf Ef 4,1-6.11-13).

4)      La Arquidiócesis de Maracaibo, durante estos cincuenta años ha contado con la guía pastoral de tres arzobispos:
·         Mons. Domingo Roa Pérez, de grata memoria para la Iglesia del Zulia y de toda Venezuela. (1961-1992).
·         Mons. Ramón Ovidio Pérez Morales, quien ya emérito, sigue desarrollando, por medio de sus publicaciones y diversas actividades pastorales, la eclesiología de comunión y misión, así como el conocimiento,  el estudio y la aplicación del Concilio Plenario de Venezuela (2000-2006). Es un activo  proclamador  del evangelio de Cristo y agudo promotor de la cultura de la reconciliación y de la paz, en las redes sociales (1993-1999).
·         Este servidor, Ubaldo Ramón Santana Sequera, a quien el Señor, durante quince años, le ha dado la gracia y el privilegio de caminar con el Pueblo de Dios que peregrina en esta porción del Zulia, de compartir su fe,  de servirlo con alegría y amor y de experimentar su ardiente devoción a María de Chiquinquirá (2001).

5)      No podemos olvidar el gran trabajo realizado anteriormente por los pastores que precedieron el camino de la hoy Arquidiócesis de Maracaibo
       Mons. Francisco Marvez. Primer Obispo (1898-1904).
·      El Siervo de Dios, Mons. Arturo Celestino Álvarez. Segundo Obispo (1910-1920), cuya causa de canonización está en curso.
·            Mons. Marcos Sergio Godoy. Tercer Obispo (1920-1957).
·            Mons. José Rafael Pulido Méndez. Cuarto Obispo (1958-1951).
Estos prelados se esforzaron por presentar “un mensaje de verdad, de esa verdad, que en la afirmación de Pío XI, esclarece y resuelve los más graves problemas de la vida humana y libera, según la enseñanza de Cristo Nuestro Señor. Verdad proclamada “sin reticencias, sin mezclas y sin reservas” (Mons. Domingo Roa Pérez, 30 de julio de 1966).

6)      Como balance de estos cincuenta años de trabajo evangelizador, la Arquidiócesis de Maracaibo puede ofrecer, entre los muchos que sólo Dios conoce, estos frutos:
·         Trece Obispos nacidos en esta tierra zuliana, siete de ellos procedente de esta  Arquidiócesis.
·         Ochenta y nueve sacerdotes diocesanos.
·         Muchos  hombres y mujeres que han profesado sus votos en diversos Institutos de vida consagrada y están dando testimonio de Cristo Jesús, con sus carismas propios, en diversas partes del mundo.
·         Veintiún diáconos permanentes.
·         Creación de 26 parroquias y 11 rectorías,
·     Promoción de medios de comunicación: NCTV Canal 11, La Chiquinquireña 90.9 FM, Lumen 2000, Semanario La Grey, impulso a Radio Fe y Alegría.
·     Una gran red educativa integrada por: la Universidad Católica Cecilio Acosta (UNICA), treinta y nueve Escuelas Arquidiocesanas dedicadas a la educación de 30.000 niños y jóvenes de los sectores más necesitados.
·         La labor de la CÁRITAS Diocesana y su red de CÁRITAS parroquiales.
·         Red de ambulatorios y comedores parroquiales.
·         Programas de formación de los agentes de pastoral: Seminario Mayor Arquidiocesano, Instituto de Teología para Laicos, Instituto Superior Domingo Roa Pérez (Escuela de Diáconos Permanentes y Ministerios confiados a laicos), Centro Bíblico Santo Tomás Moro, Semana de la Doctrina Social de la Iglesia.
·         Lanzamiento y puesta en marcha del Proyecto Arquidiocesano de Renovación Pastoral (PARP), clave para entrar todos juntos, desde la gran diversidad de dones y carismas que el Espíritu Santo ha derramado sobre el pueblo de Dios (Cf 1 Co 12), en un intenso proceso de evangelización misionera, que nos encamine, hacia la ansiada renovación de nuestra Iglesia local, y llegar a ser, casa de los pobres, escuela de comunión y taller de misión y solidaridad (Cf NMI 43; EG 24,27-31). Con esta herramienta, asumida con júbilo y contando con la misericordia divina, queremos responder a los grandes desafíos asumidos por la Iglesia universal,  latinoamericana y caribeña, así como por el Concilio Plenario de Venezuela, para evangelizar esta civilización globalizada, secularizada y multicultural.

7)      Estos cincuenta años de vida arquidiocesana han coincidido con la etapa de fortalecimiento de la democracia en Venezuela. Son muchos los procesos de construcción de acuerdos, consensos y búsqueda de resolución de conflictos en los que la Iglesia zuliana ha tenido presencia activa, a través de sus pastores y, muy especialmente, de sus seglares comprometidos que, en las comunidades populares y en las organizaciones sociales y políticas, hacen presente el mensaje de solidaridad fraterna que emana del Evangelio.
No ha podido ser de otra manera. La Iglesia Católica universal siempre ha defendido la paz de los individuos, de las familias y de la sociedad. Todos los trabajos de esta Iglesia de Maracaibo están orientados a la promoción de esa paz verdadera, con la cual todo se gana y sin la cual todo se pierde.

8)      Con ánimo agradecido y espíritu alegre por la celebración de estos cincuenta años de trabajo eclesial, queremos al mismo tiempo tener muy presente la gravísima situación que vive Venezuela en los actuales momentos. Sin temor a equivocarnos podemos señalarla como la más difícil y riesgosa en muchos años.
Por estos motivos, desde el corazón misericordioso del Señor Jesucristo, en el contexto del Año Extraordinario de la Misericordia,  deseamos invitar a los zulianos a:
·         Confiar por encima y a pesar de todo en la presencia amorosa y salvadora de nuestro Dios que nunca nos ha abandonado, promesa infalible de Jesús: “Donde dos o tres se reúnan en mi nombre, ahí estaré yo en medio de ellos (Mt 18,20). Yo estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo” (Mt 28,20).
·         Solidarizarse con el espíritu y el contenido del Comunicado emitido, el pasado día miércoles 27 de abril, por la Presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana y darle amplia difusión.
·         No utilizar medios violentos para la resolución de los problemas que nos aquejan a todos.
·         Desarrollar, por un lado una gran capacidad de paciencia cristiana para llevar adelante con dignidad las penalidades de la situación actual, y, el cultivo de la perseverancia cristiana para resistir al mal, venga de donde venga.
·         No caer en la resignación fatalista que lleva a pensar que no hay solución para nuestros problemas y que no somos capaces por nosotros mismos de salir de ellos.
·         No cansarse de buscar formas de entendimiento a través de mecanismos de diálogo, para que, con la buena voluntad y la cooperación de todos, se puedan recoger frutos de paz y emprender la construcción de una sociedad fraterna, respetuosa de la dignidad y los derechos de todos los venezolanos.

9)       Junto a los Obispos Venezolanos recordamos que “el momento actual conlleva algunas exigencias que hemos de asumir todos a favor del bien común. Los dirigentes políticos, sociales, empresariales, gremiales y religiosos  estamos llamados a dar testimonio tangible de responsabilidad y de  compromiso de amor a nuestra patria” (Comunicado de la Presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana, No 6,  27 de Abril de 2016).

10)  Queremos finalmente recordar el mensaje que el Papa Francisco nos ha enviado a todos los venezolanos el pasado día de Pascua de Resurrección:
“Dios ha vencido el egoísmo y la muerte con las armas del amor; su Hijo, Jesús, es la puerta de la misericordia, abierta de par en par para todos. Que su mensaje pascual se proyecte cada vez más sobre el pueblo venezolano, en las difíciles condiciones en las que vive, así como sobre los que tienen en sus manos el destino del país, para que se trabaje en pos del bien común, buscando formas de diálogo y colaboración entre todos. Y que se promueva en todo lugar la cultura del encuentro, la justicia y el respeto recíproco, lo único que puede asegurar el bienestar espiritual y material de los ciudadanos”. (27 de marzo de 2016).

11)  Que el Señor Jesucristo, Rey de Misericordia y de Paz, bendiga abundantemente al Zulia, a esta querida Arquidiócesis de Maracaibo, y a la Provincia Eclesiástica, a cuyo servicio hemos entregado nuestras vidas, y que la Santísima Madre de Chiquinquirá continúe intercediendo por este su querido pueblo que “en la vida y en la muerte ama y lucha, canta y ora”.

Maracaibo, 29 de abril de 2016.

+Mons. Ubaldo Ramón Santana Sequera
Arzobispo de Maracaibo

+ Mons. Ángel Francisco Caraballo Fermín
Obispo Auxiliar de Maracaibo

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