Según sus maravillosos
designios, el Padre Dios quiso que su Hijo Jesús llegara a este mundo por María
(Cf Lc 1,26-38; Gal 4,1). Nuestra fe nos enseña que Jesús es el único Mediador
para llegar al Padre y María el mejor camino para encontrarnos con Jesús y
seguirlo (cf Jn 2,5). Uno de los grandes exponentes de este itinerario peculiar
fue San Luis María Grignon de Monfort (1673-1716), santo francés quien, como sabemos, ejerció un fuerte influjo en la
vida y magisterio mariano de San Juan Pablo II. Acordémonos de su lema episcopal y luego
papal: ¡Totus tuus!
Para abrir el mes de mayo,
popularmente conocido como el mes de María entre los católicos venezolanos, les
ofrezco este texto de San Luis María, texto que deja bien claro que la verdadera
devoción mariana es cristocéntrica. ¡Cristo es el sol, María la luna! No tiene
luz propia. Toda la recibe de Cristo Luz del mundo. Cristo es la meta, María el
atajo, el camino más corto para llegar hasta él. No olvidemos nunca este criterio de discernimiento:
el amor a Dios y al prójimo, mediante la unión con Jesucristo en la Iglesia, es
la finalidad de toda devoción auténtica.
“Cristo
es el único maestro que debe enseñarnos, es nuestro único Señor de quien
debemos depender, nuestro único jefe a quien debemos pertenecer, nuestro único
modelo al que debemos conformarnos, nuestro único médico que nos debe sanar,
nuestro único pastor que debe alimentarnos, nuestro único camino por donde
debemos andar, nuestra única Verdad que debemos creer, nuestra única Vida que
debe vivificarnos y nuestro único todo en todas las cosas que debe bastarnos.
La devoción a la Santísima Virgen es un medio privilegiado para hallar a
Jesucristo perfectamente, para amarle tiernamente y servirle fielmente”.
(S. Luis Ma Grignon de Monfort)
A todos les deseo un enjundioso
mes de mayo. ¡Con flores a María, que madre nuestra es!
Primero de mayo de 2015
+Ubaldo
R Santana Sequera FMI
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