EUCARISTÍA DE ENTREGA DE LA PARROQUIA SAN JUAN DE DIOS
Y
NUESTRA SEÑORA DE CHIQUINQUIRÁ
HOMILÍA
Muy
querido hermano, Mons. Ángel Caraballo, Pbros. Engelberth Jackson y David
Urdaneta,
Querido
Padre Nedward Andrade y demás hermanos presbíteros y diáconos presentes,
Amados
hijos e hijas del pueblo chiquinquireño,

Así como hace casi
tres décadas viví intensamente el misterio de fe de la sucesión apostólica,
querida por Cristo, hoy vivo también otro gozo: el de compartir mi ministerio
episcopal con un hermano sacerdote al confiar a su cuidado pastoral una parte
del rebaño marabino. Le estoy confiando al padre Nedward Andrade, miembro de
este presbiterio, una bella y hermosa porción: la parroquia donde vive nuestra
Madre la Virgen de Chiquinquirá, albergada por el primer servidor de ella, San
Juan de Dios y custodiada por el apóstol San Andrés y San Antonio de Padua.
Reitero que es un gozo
porque nada causa mayor alegría que poder compartir el ministerio apostólico
que Cristo Jesús nos ha confiado con aquellos servidores, ministros ordenados,
que ha colocado a nuestro lado para recoger juntos la gran mies que madura en
los campos de esta arquidiócesis y que tiene en esta parroquia chiquinquireña su
corazón espiritual. Pidamos incesantemente al Señor de estos grandes sembradios
que nunca falten los operarios para recoger la cosecha. La casa de María es un
buen lugar para pedírselo, ella fue la mujer que dio su asentimiento para que
su único hijo, Jesús, se dedicara totalmente a la causa del Reino de Dios.
Estoy profundamente
agradecido por el servicio prestado por todos los párrocos que han atendido
esta grey, particularmente al Pbro. Eleuterio Cuevas y a Mons. Ángel Caraballo,
mi obispo auxiliar, así como a los Pbros. Engelberth Jackson y David Urdaneta,
quienes se han dedicado con gran amor, empeño y entrega al servicio de esta
gran comunidad parroquial durante estos cinco meses de transición. Así mismo
agradezco y bendigo al amplio equipo pastoral que los ha acompañado y sin el
cual, bien sabemos, es muy poco lo que hubieran podido hacer.
Con la llegada del
padre Nedward y muy pronto del vicario parroquial que lo acompañará, empieza
una nueva etapa para la vida de esta hermosa pero exigente comunidad
parroquial. Se inicia en medio de una grave crisis que está sacudiendo los
fundamentos mismos de nuestra patria y está poniendo en serio peligro su
continuidad y su institucionalidad. Hemos visto con gran inquietud y angustia
como se han producido en torno a esta misma casa de la Chinita manifestaciones
de violencia y de represión desmedida pero también hemos visto cómo con la
intervención de los pastores se han evitado en momentos álgidos mayores daños
físicos y patrimoniales.
Quiero reiterar desde
la casa de la mamá de todos nosotros, lo que ya han dicho mis hermanos de la
CEV varias veces y en particular en la última exhortación del cinco de este
mes. No habrá paz ni estabilidad posible para Venezuela mientras el Gobierno se
empeñe en imponer a rajatablas y unilateralmente una nueva Constituyente. Es
una propuesta que no resuelve de forma inmediata y directa los graves problemas
que aquejan la población.
Hermanos gobernantes,
dejen de lado su empeño político de amasar poder y atiendan a su pueblo que
clama al cielo pidiendo comida, medicamentos, seguridad jurídica y civil.
Ustedes pueden y deben parar esa hemorragia de venezolanos que están huyendo
por centenares de miles de un país que no les está ofreciendo vida digna,
trabajo, seguridad y paz para vivir. En la aplicación de la Constitución actual
están las respuestas y las soluciones. Aténganse a ella y no estén inventando
fórmulas que en vez de resolver los acuciantes problemas de la población crean
más enredos y complicaciones políticas.
Los textos escogidos
para la misa de hoy son muy iluminadores del ministerio que inicia el nuevo
párroco y el equipo pastoral de laicos que lo acompañará. En el evangelio él
ángel le dice en sueños al justo José que está tomando una decisión equivocada:
“José, no temas en recibir a María como esposa tuya”. A la criatura que nacerá
de ella por obra del Espíritu Santo, la llamarás Jesús, porque el salvará a su
pueblo de sus pecados.
Eso mismo te digo yo
hoy, Nedward, a la luz de este evangelio. Sé que la responsabilidad que te
confío es grande y que te puede causar alguna inquietud o turbación, como a
José el embarazo de su esposa María. Pero el Señor te dice también hoy a ti: “No temas en recibir la parroquia; no temas
en recibir a María. Haz como el apóstol Juan. Cuando recibió a María de
manos de Jesús moribundo en la cruz, se la llevó a su casa y cuidó de ella (Cf
Jn 19,27). Cuida tu también de tu mamá. Cuida de la mamá de todos los zulianos.
Ella también velará sobre ti.
El ángel le explica a
José que el fruto de las entrañas de María viene del Espíritu Santo y no es
fruto de una infidelidad o adulterio. Que ese niño que va a nacer lo haga suyo,
poniéndole el nombre de Jesús. Tu principal responsabilidad no es cuidar la
tablita, es sobre todo velar para que nazca Jesús en el corazón de tus
parroquianos. La Virgen se pondrá feliz, muy feliz si tu principal empeño es
asegurarte que los que aquí acuden no se encuentren con ella en una tablita,
sino que se encuentren, personalmente con su hijo Jesús, crean en él y se hagan
sus discípulos misioneros.
El ángel le explica a
José el nombre de Jesús. Le pondrás Jesús porque el salvará a su pueblo de sus
pecados. Esa es la razón de ser de la Iglesia, de las diócesis, de las
parroquias, de nuestro servicio. La Iglesia está puesta en este mundo para
salvar a la humanidad de las garras del demonio y del pecado y colocar a Jesús,
su Evangelio y su proyecto fundamental, que es el Reino de su Padre Dios, en el
corazón, en la mente, en los labios y en la vida de los hombres. Ese será tu
cometido fundamental. Para llevarlo a cabo no estarás solo porque el Espíritu
Santo ha suscitado y seguirá suscitando un gran número de servidores de María,
de hijas de María, de agentes pastorales, quienes desde distintas funciones,
cargos, ministerios y carismas te acompañarán, te secundarán y harán que tu
trabajo no se quede dentro de las paredes de la basílica, sino que se irradie
por los 12 sectores que conforman la parroquia.
Te pido te valgas para
cumplir este hermoso trabajo evangelizador y misionero del Pla Global de
Renovación Pastoral con el que contamos en nuestra arquidiócesis. Que con la
fuerza del Espíritu Santo y la poderosa intercesión de María, construyas, con
tus pastores y todos tus demás hermanos de la zona pastoral No 1 y del resto de
la Arquidiócesis, una Iglesia casa, escuela y taller de comunión y solidaridad
misionera.

Que se cumpla en ti la
Palabra de Dios. Que lleves a cabo el proyecto salvador del Padre en esta
populosa comunidad del casco histórico de Maracaibo. Acuérdate que la religiosidad
popular que gira en torno a la devoción de la Chinita tiene una proyección
nacional e internacional. Haz con alegría y entrega lo que el Señor te pide. Te
recomiendo leas los números de la Exhortación del Papa Francisco “La Alegría
del Evangelio” sobre el potencial evangelizador de la religiosidad popular (C
EG 122-126).
Que el Espíritu Santo
sople fuerte para ti para que con la estrecha colaboración del equipo pastoral
que te acompaña realices un ministerio profundamente evangelizador y misionero
con toda la fragancia chiquinquireña que mana sin cesar de este bendito lugar
como un manantial inagotable de bendiciones. Amén.
Maracaibo 27 de mayo
de 2017
+Ubaldo R Santana Sequera FMI
Arzobispo de Maracaibo
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