ARQUIDIOCESIS DE MARACAIBO
CONSEJO EPISCOPAL
COMUNICADO
Ante
la publicación, bajo forma de carta abierta, de una comunicación que había sido
dirigida personalmente al Arzobispo y al Nuncio Apostólico, por un grupo de
feligreses que se autodenominan “chiquinquireños”, nosotros, el Consejo
Episcopal de Maracaibo, en comunión con nuestro pastor, Mons. Ubaldo Santana y
su obispo auxiliar Mons. Ángel Caraballo, nos sentimos en la obligación de
responder también públicamente.
1. Primero
que todo, reiteramos nuestra plena confianza al equipo dirigido por Mons. Ángel
Caraballo Fermín, obispo auxiliar, conformado por los presbíteros Engelberth
Jackson y David Urdaneta y nos alegramos por la labor pastoral realizada. Han
contado para ello, con el apoyo de un equipo de laicos, con claro sentido de
comunión eclesial, apegados a los postulados de la doctrina y la caridad
cristiana, colocando en primer lugar los valores del Reino de Dios. Nos consta
a todos los vicarios episcopales que todos lo han hecho con gran consciencia de
la relevancia que tiene la basílica en el conjunto religioso arquidiocesano.
2. Luego
que se hizo efectiva la renuncia del Pbro. Eleuterio Cuevas en enero pasado, tanto
Mons. Ángel Caraballo como los dos sacerdotes antes mencionados y el equipo
laical de la basílica, han asumido con gran empeño y mística eclesial, la tarea
de asegurar la necesaria transición antes del nombramiento del nuevo párroco.
3. Entendemos
la impaciencia que hay de contar con el nuevo pastor, tomando en cuenta la gran
relevancia de la parroquia-basílica como epicentro de la devoción mariana
chiquinquireña, desde donde se irradia regional, nacional e internacionalmente.
Razones de peso han obligado a nuestro arzobispo a retardar su nombramiento,
que Dios mediante, se producirá en el transcurso de las próximas semanas.
4. Recibimos
las apreciaciones de los remitentes que esperamos hayan hecho con recta
intención, y respetamos su derecho a manifestar a sus pastores aquellos puntos
que consideren importantes para la buena marcha de su Iglesia local, y en este
caso de la basílica.
5. Sin
embargo, queremos dejar claro a los remitentes que, antes de hacer pública la
carta, e involucrar en ella al Señor Nuncio apostólico, hubieran debido acudir
personalmente a las instancias internas locales. Este es el genuino espíritu de
comunión eclesial, de prudencia y caridad cristiana contenido en el Canon 212,
que prevé sin duda el ejercicio de este derecho, pero: “salvando siempre la
integridad de la fe y de las costumbres, la reverencia hacia los Pastores y
habida cuenta de la utilidad común y de la dignidad de las personas”.
6. Pensamos
que en esta carta se ha vulnerado la buena fama del equipo sacerdotal que con
tanto esfuerzo está atendiendo la basílica. Hemos venido a saber, por su propio
testimonio, que varios de los fieles que han firmado la carta lo han hecho sin
conocer su contenido verdadero, pues sólo se les dijo que era para “agilizar el
nombramiento de un nuevo párroco”.
7. Las
comunicaciones públicas y las cartas abiertas son recursos extremos a los que
se acude cuando todas las puertas para el encuentro y el diálogo, a las que se
ha tocado previamente, se han cerrado. Ese no ha sido el caso en esta
situación. Sabemos además que tales expresiones se deben usar con extrema
cautela y prudencia pues se prestan a provocar escándalos, tergiversaciones y
señalamientos perjudiciales para las personas y para la misma Iglesia.
8. Reiteramos
que el párroco anterior, el Pbro. Eleuterio Cuevas, presentó su renuncia el día
02 de septiembre, y que Mons. Ubaldo Santana, como arzobispo, la aceptó en conformidad con el Canon 538 §1,
como largamente lo expuso en un Comunicado ante los MCS, el pasado mes de diciembre.
De modo que ese proceso se realizó de acuerdo a los lineamientos que expresa la
Iglesia, así como de acuerdo a los mismos se designará al nuevo Párroco.
9. La
situación que atravesamos en nuestro país nos interpela y nos compromete a
expresar nuestra unidad en la caridad, la comprensión y la fraternidad, tal
como corresponde a los seguidores de Jesús, a los que él llamo “sal y luz de la
tierra” (Mt 5,13-14). Ése es el ejemplo que debemos dar para que los alejados y
no practicantes puedan exclamar “miren como se aman”. En el amor hay verdad y
en la verdad, amor, pues en él está Cristo nuestro Señor.
10. Pedimos
a María de Chiquinquirá, que ama a todos sus hijos, especialmente a los que han
sido configurados a su Hijo Jesús como sacerdotes, ilumine la mente de nuestro
arzobispo y la de sus colaboradores inmediatos en la designación del nuevo
párroco. También le pedimos a la Chinita conceda a los fieles de la parroquia
San Juan de Dios y en especial a los firmantes de la carta, crecer en
conciencia de su propia responsabilidad, en obediencia, docilidad y visión
sobrenatural, virtudes requeridas en estos momentos, para que puedan ayudar “en
espíritu y en verdad” (Jn 4,23) y de
modo efectivo a su pastor “.
Maracaibo,
5 de mayo de 2017
Mons.
Jesús Hernández
Vicario
General
Pbro.
Eduardo Ortigoza
Vicario
para la Educación
Pbro.
Néstor Primera
Vicario
para los Asuntos Económicos
Pbro.
Raúl Montoya
Vicario
para la Zona Sur
Pbro.
Juan Navarro
Vicario
para la Pastoral
Pbro.
Rafael Morales
Vicario
para la Zona de la Guajira
Pbro.
Rafael Villalobos
Vicario
Judicial
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