ALGUNAS CONSIDERACIONES
Sobre la situación en la frontera colombo-venezolana
A
los pastores y fieles de la Diócesis de Los Teques y a todas las personas de
buena voluntad: No eran escenas de un pasado lejano o de distantes latitudes.
Eran de aquí y de ahora, en nuestro propio suelo. Con estupor, sorpresa e
indignación hemos visto en los noticieros y redes las imágenes de hombres,
mujeres y niños, con la angustia y la desesperación dibujadas en sus rostros,
cargando sobre sus hombros armarios, maletas y utensilios, atravesando un río
que hace de frontera entre las dos patrias, hijas predilectas del Libertador
Simón Bolívar. ¿Contrabandistas? ¿Paramilitares? ¿Traficantes de droga? ¿Se
hicieron los respectivos procesos legales para determinarlo? ¿Fueron
encontrados culpables y sentenciados? ¿Esa es la condena: perseguidos,
deportados y sus casas destruidas?
Comparto
plenamente el contenido de los comunicados de la Comisión de Justicia y Paz de
la Conferencia Episcopal Venezolana, de Mons. Mario Moronta, Obispo de San
Cristóbal, y de la Confederación de Religiosos y Religiosas de Venezuela
(CONVER). Para no repetir palabras y conceptos simplemente les invito a leerlos
con detenimiento.
Pongamos
esta difícil situación en las manos del Señor. Cercanos a la celebración de la
fiesta de la patrona de Venezuela, N. S. de Coromoto, imploremos la intercesión
de María ante el Señor Jesucristo para que prevalezca la sensatez, que la lucha
contra el delito en la frontera se realice de acuerdo al ordenamiento legal y
en un profundo respeto a los derechos de las personas, especialmente de los más
vulnerables; que ante el conflicto se imponga el diálogo y se busque la
superación de los problemas. “Bienaventurados los que trabajan por la paz” (Mt
5, 9).
Los
Teques, 28 de agosto de 2015.
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