17 DE JULIO
QUIERO MISERICORDIA Y
NO SACRIFICIO
INVOCO EL ESPIRITU SANTO
Ven, Espíritu Santo, envíanos un rayo de tu
luz para que escrutemos la Palabra de Dios, como Jesús lo hizo con los dos discípulos de Emaús. Abre nuestro
entendimiento a las Escrituras para que, así como ellos la descubrieron en la
pasión y muerte de Jesús de Nazaret en Jerusalén, nosotros también descubramos
la presencia de la Pascua de Jesús en los sufrimientos de nuestra vida. Que iluminados
por ti, entendamos que la cruz no es el final de toda esperanza, sino camino
que desemboca en la fuente de la vida y de la resurrección. Danos un corazón
puro y sencillo como el de María para guardar tu Palabra, meditarla con
atención y llevarla a la práctica, con prontitud y alegría, en nuestra vida
diaria. Amén.
LEO EL
TEXTO DEL EVANGELIO DE HOY: Mt 2,1-8 (¿Qué dice el texto bíblico?)
En aquel tiempo, Jesús pasaba entre los
sembrados un día sábado y sus discípulos, que tenían hambre, comenzaron a
arrancar espigas y a comerlas. Al ver esto, los fariseos le reprocharon: “¡Tus
discípulos hacen lo que no está permitido en sábado!”. Jesús les respondió:
“¿No han leído lo que hizo David cuando él y sus compañeros sintieron hambre?,
¿cómo entró en el santuario de Dios y comió los panes de la ofrenda, que no les
estaba permitido comer ni a él ni a sus compañeros sino solo a los sacerdotes?
¿Tampoco han leído en la Ley que los sacerdotes en el Templo, quebrantan el
descanso del sábado y son inocentes de ello? Les aseguro que aquí hay alguien
mayor que el Templo. Si ustedes hubieran entendido qué significa: Quiero misericordia, no sacrificio, no
condenarían a los inocentes. Porque el Hijo del hombre es señor del sábado”
PALABRA DEL SEÑOR
GLORIA A TI, SEÑOR JESUS
MEDITO
EL TEXTO
(¿Qué me dice el Señor por su Palabra?)
Con este episodio de las espigas arrancadas
el día sábado, se inician las controversias y va en aumento la hostilidad
contra Jesús y los suyos. El sábado era una de las instituciones sagradas de
Israel, y con las progresivas y cada vez más minuciosas legislaciones, fue
perdiendo su principal fin humanitario y relegando a la persona del creyente a
un segundo lugar. Se llegó al punto de condenar a muerte a quien violara el
sábado. Numerosas serán las confrontaciones con Jesús por sus actuaciones el
día sábado: todas originadas por la prioridad que le concedió a personas concretas y a sus necesidades por
encima de las estrictas y sofocantes prescripciones rituales.
Con su respuesta, fundamentada en una
lectura distinta de la Ley, Jesús no solo defiende a los suyos y sus propia
manera de actuar sino abre el entendimiento hacia una nueva comprensión del
sábado y, más allá del sábado, del
verdadero lugar que debemos dar a las instituciones religiosas, al culto y a
los ritos en general. Por encima del cumplimiento estricto de deberes
religiosos, siempre ha de privar la caridad y la misericordia a favor de la
persona humana.
Jesús resumirá esta postura con dos famosos
axiomas: “El sábado se hizo para el
hombre, no el hombre para el sábado” (Mc 2,27). “Quiero misericordia, no sacrificio” (Os 6,6). Estos dos criterios son dos poderosos faros
de luz para determinar nuestro modo de rendir culto a Dios y glorificar su
nombre. San Ireneo de Lyon, un gran padre de la Iglesia lo expresó de esta
manera: “La gloria de Dios es que el
hombre viva”.
ORO EL
TEXTO LEIDO Y MEDITADO (¿Qué me hace decir este texto al Señor?)
El tema de la controversia de Jesús es de
gran importancia no solo para las comunidades del tiempo de Mateo sino también
para las de hoy y para mi personalmente. He de examinarme para ver si pongo el
ritualismo y el legalismo (actitud farisea) por encima de las personas y de la
misericordia (actitud cristiana).
Cumplir las Leyes es importante siempre y
cuando no vayan en contra de la misericordia
y de la caridad hacia el prójimo. Lo primero es lo primero. Los apóstoles Juan
y Pedro se acordaron de la enseñanza de Jesús cuando le contestaron a las autoridades judías: “Es mejor obedecer a Dios que a los hombres” (Hech 5,29). Se
obedece a Dios amando y respetando a sus hijos.
ASUMO
UN COMPROMISO
(¿A qué conversión y acciones me invita esta Palabra?)
Identifico todas aquellas actitudes y
comportamientos, criterios de juicio y valoración que no me acercan a mis
hermanos sino por el contrario me alejan de ellos. ¿Cómo puedo practicar hoy la
palabra de Jesús: Misericordia quiero, no sacrificio?
17-06-15/URSS
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