viernes, 31 de julio de 2015
La Predicación de Jesús en Nazaret
miércoles, 29 de julio de 2015
La Red del Reino de los Cielos
INVOCA AL ESPIRITU SANTO
Espíritu Santo,
Amor del Padre y del Hijo,
Inspíranos siempre
lo que debemos pensar,
lo que debemos decir,
cómo debemos decirlo;
Lo que debemos opinar,
lo que debemos callar,
lo que debemos hacer,
lo que debemos vivir
para procurar la Gloria de Dios,
el bien de las almas,
nuestra propia realización
y santificación personal.
Espíritu Santo,
ilumina nuestra inteligencia
y fortifica nuestras voluntades. AMEN
LEE LA PALABRA DE DIOS: Mt 13,47-53
El Reino de los cielos se parece también a una red que se echa en el mar y recoge toda clase de peces. Una vez que está llena, los pescadores la sacan a la orilla, y, sentados, colocan los peces buenos en canastos y, en cambio, arrojan afuera los malos. Así ocurrirá al fin del mundo: vendrán los ángeles, separarán a los malos de entre los justos y los arrojarán al horno de fuego, donde habrá llanto y desesperación.”
“¿Comprendieron todo esto?” Le respondieron: “Si”. Entonces Jesús les dijo: “Por eso, todo maestro de la Ley que se ha convertido en discípulo del Reino de los cielos se parece al dueño de una casa que saca de su tesoro cosas nuevas y antiguas”.
Cuando terminó estas parábolas, partió de allí.
PALABRA DEL SEÑOR
TE ALABAMOS, SEÑOR
MEDITO LA PALABRA DEL SEÑOR.
El discurso de las parábolas concluye con la parábola de la red. Esta parábola guarda mucha semejanza con la parábola del trigo y de la cizaña (Mt 13,24-30). Una vez más el Señor insiste en que el Reino de los cielos toma en cuenta la dinámica de la presencia simultánea en las realidades de este mundo, en nuestras comunidades y en cada uno de nosotros del bien y del mal, de la gracia y del pecado.
Pero se trata de una situación pasajera, con la que tenemos que convivir en este mundo. Cuando el Reino de Dios se manifieste de manera definitiva vendrá la separación de esas dos realidades. Habrá un juicio de Dios. Mientras se produce ese discernimiento, es necesario aprender a afrontar con lucidez y coraje esta coexistencia y a no rebelarse contra ella; a mantenerse firmes en la fe, a conservar la identidad de creyentes sin dejarse contaminar por la mala hierba y a vivir en fidelidad el seguimiento del Señor.
El último pasaje de este discurso sobre la sabiduría del maestro de la Ley y del discípulo del Reino, más que un simple apéndice del discurso, representa la culminación de éste. El evangelista reúne a dos figuras emblemáticas del antiguo y del nuevo testamento: el escriba, ligado a la Ley antigua, y el discípulo, el seguidor de Jesús en la Nueva Alianza. El primero señala el camino de preparación, el segundo su cumplimiento. Cada uno, en su momento, si es fiel al espíritu que lo mueve, sabrá actuar en conformidad con lo que Dios le quiera ir revelando y sabrá valorarlo y darlo a conocer. Todo, al final, confluye en Cristo Jesús y en el Reino de su Padre que él ha tenido a bien revelarnos.
ORO LA PALABRA LEÍDA (¿Qué me dice la Palabra de Dios? ¿Qué me hace decir al Señor esa Palabra?
ME COMPROMETO A VIVIR LA PALABRA
“Pongan en práctica la Palabra y no se contenten solo con oírla, engañándose a ustedes mismos. El que se fija con atención en la ley perfecta, aquella que hace libres, y persevera en ella, no como oyente olvidadizo, sino poniéndola por obra, ese será dichoso al practicarla” (Sant 1,22.25)
30-07-15/URSS
martes, 28 de julio de 2015
LA CONVIVENCIA EN ESTE MUNDO DEL TRIGO Y LA CIZAÑA
LA CONVIVENCIA EN ESTE MUNDO DEL TRIGO Y LA CIZAÑA
INVOCA AL ESPÍRITU SANTO
Ven Espíritu Santo, llena mi corazón de tu presencia
Y enciende en mí ser el fuego de tu amor.
Envía tu Espíritu, Señor, y todo será creado
Y renovarás la faz de la tierra.
Oh Dios que instruiste los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo, haz que guiado(a) por ese mismo Espíritu saboree hoy la dulzura de tu Palabra y goce siempre de su divino consuelo. Por Cristo nuestro Señor. Amen
LEE CON ATENCIÓN LA PALABRA DE DIOS: Mt 13, 36-43
Cuando despidió a la multitud, Jesús fue a la casa. Entonces sus discípulos se le acercaron y le dijeron: “Explícanos con claridad la parábola de la cizaña en el campo”. Él les respondió: “El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los partidarios del Reino, mientras que la cizaña son los partidarios del Maligno; el enemigo que la siembra es el Diablo; la cosecha es el fin del mundo; los segadores son los ángeles. Así como se recoge la cizaña y se arroja al fuego, de igual modo ocurrirá al fin del mundo. El Hijo del hombre enviará a sus ángeles para arrancar de su Reino todo lo que lleva al pecado y a quienes hacen el mal y los arrojará al horno de fuego, donde habrá llanto y desesperación. Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que quiera escuchar que entienda.”
PALABRA DEL SEÑOR
GLORIA A TI, SEÑOR JESÚS
MEDITA LA PALABRA DE DIOS
Te invito a volver algunos versículos más atrás y leer nuevamente la parábola (vv. 24-30). Habitualmente las parábolas no se explican. A cada oyente o lector el Señor le invita a buscar su comprensión y aplicación a su vida. Esta parábola no solamente se explica sino que se le atribuye a cada uno de sus siete elementos (sembrador, campo, buena semilla, cizaña, enemigo, siega y segadores) un significado preciso, lo que la transforma en una alegoría.
En su explicación Jesús le da además un sesgo escatológico, poniendo el acento en el destino final de los partidarios del diablo y los seguidores del Reino. A los primeros se les aplica el castigo que menciona el libro del profeta Daniel: serán arrojados a un horno de fuego (Da 3,6); los justos en cambio gozarán del destino descrito por el profeta Malaquías: “Porque ya viene el día, ardiente como un horno; todos los arrogantes, los malvados no serán más que paja. Ese día que está llegando, dice el Señor todopoderoso, los devorará y no dejará de ellos ni rama ni raíz. Pero sobre ustedes, los que respetan mi nombre, se levantará un sol victorioso que trae la salvación en sus rayos.” (Mal 3,19-20).
Mientras llegan los tiempos finales del juicio y por consiguiente de la separación definitiva del bien del mal, ambos tienen que convivir juntos en esta tierra. Esta convivencia de la gracia y del pecado se da en varias dimensiones: se da en las realidades del mundo, en los miembros de nuestras familias, en los integrantes de nuestras comunidades parroquiales y diocesanas, y también en cada uno de nosotros. Tenemos que aceptar, que por más que luchemos contra la presencia del mal en nosotros, no será posible desarraigarlo del todo en esta vida. No nos adelantemos. No emitamos juicios definitivos sobre personas y situaciones. Las cosas pueden cambiar. Hay chance de convertirse hasta el último momento (Cf Ez. 18). Pero tampoco nos acomodemos a la presencia del mal, ni nos congraciemos con él, ni nos hagamos sus cómplices. Tengamos claro que al final habrá un juicio y triunfará el trigo sobre la cizaña, la gracia sobre el pecado, el Bien sobre el Mal.
HAGO ORACIÓN A PARTIR DE LA PALABRA
GRACIAS, SEÑOR, por mis brazos buenos, cuando hay tantos mutilados; por mis ojos buenos cuando hay tantos sin luz; por mi voz que canta, cuando tantas enmudecen; por mis manos que trabajan, cuando hay tantas que mendigan; por conservarme siempre con buena salud,por el pan nuestro de cada día, por guiarme siempre por el buen camino.
ES MARAVILLOSO, SEÑOR, tener un hogar donde volver, cuando hay tanta gente que llora, que odia, que resuelve en pesadillas; y tantos que mueren antes de nacer.
ES MARAVILLOSO, SEÑOR, sobre todo tener tan poco que pedirte Y TANTO QUE AGRADECERTE.
ALABADO SEAS, SEÑOR
ME COMPROMETO HOY
¿Cómo está sembrado el campo de mi vida? Lo reviso para identificar el trigo de la cizaña. Buscar conocerme mejor para aceptarme en todos mis componentes y a partir de allí aceptar a las personas que me rodean tal como son y no como yo quisiera que fueran y convivir con ellas en las condiciones reales de sus cualidades y limitaciones.
28-07-15/URSS